Método Suzuki, también llamado método de la lengua materna, fue creado por Shinichi Suzuki (1898-1998), violinista y pedagogo japonés en 1942.
Suzuki basó su enfoque en la hipótesis de que la habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que, de igual modo que todos los niños desarrollan la capacidad de hablar su lengua materna, se puede entrenar. El potencial del niño puede ser desarrollado. «Cualquier niño a quien se entrene correctamente puede desarrollar una habilidad musical, y este potencial es ilimitado».
El Dr. Suzuki a partir de la base de la lengua materna afirma que los niños aprenden a hablar su propia lengua con gran exactitud gracias a su gran capacidad auditiva, lo que le llevó a pensar que si los niños estuvieran rodeados de sonidos musicales, podrían evolucionar una habilidad similar con la música.
El método Suzuki es un método tanto de educación como de filosofía fundada en el respeto al niño como persona y en el concepto de que la habilidad no se hereda si no que se aprende. Afirma y nombra a su método como: EDUCACIÓN DEL TALENTO, ya que el talento no es algo que está presente o no en un niño, sino que es algo que se educa y se desarrolla.
El trabajo de Suzuki quedó interrumpido a causa de la Segunda Guerra Mundial. Cuando ésta finalizó, Suzuki resolvió con determinación traer la belleza de la música a las vidas de los niños de su nación. Comenzó a enseñar en una escuela pequeña en Matsumoto, trabajando además en el desarrollo de un repertorio secuencial cuyos contenidos musicales y técnicos quedaran presentados de una manera lógica. Tras unos pocos años, los estudiantes de Suzuki asombraban por su destreza a quienes les oían tocar.
El movimiento de la educación del talento creció a medida que otros profesores estudiaron con Suzuki y comenzaron a enseñar por todo Japón. El programa se amplió al interesarse profesores de diversos instrumentos en el enfoque de Suzuki, desarrollándose materiales para el cello, el piano y la flauta. Con el transcurso de los años, millones de niños japoneses han recibido entrenamiento en el Instituto Suzuki de Educación del Talento en Matsumoto, o en alguna de sus sucursales en otras ciudades.
El Dr. Suzuki no desarrolló su método para entrenar a músicos profesionales, sino para ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades como seres humanos. Él dijo: «La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento, y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, y disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso». Gracias a su vida y obra, el Dr. Suzuki ha inspirado a miles de padres y profesores en todo el mundo, a educar a los niños como seres humanos amorosos mediante el método de la lengua materna de educación musical. En el ambiente alentador fomentado por el método Suzuki, los niños aprenden a disfrutar de la música y desarrollan confianza, autoestima, autodisciplina y concentración, así como la determinación necesaria para intentar hacer cosas difíciles, cualidades que tanto se necesitan en nuestro tiempo. Como Pau Casals comentó, con ojos llenos de lágrimas, tras escuchar tocar a pequeños estudiantes Suzuki, «quizás sea ésta la música que salvará el mundo«.
Hace más de cincuenta años, Suzuki comprendió las implicaciones del hecho de que los niños de todo el mundo aprendan a hablar su lengua materna con facilidad, y comenzó a aplicar los principios básicos de la adquisición del lenguaje al aprendizaje de música. Las ideas sobre la involucración de los padres en el proceso de aprendizaje, la importancia del entorno positivo, la escucha y repetición constante, son algunas de las características especiales del método Suzuki.
Cuando un niño aprende a hablar, los padres actúan eficazmente como profesores. Los padres también tienen un papel importante como «profesores en el hogar» cuando el niño aprende a tocar un instrumento. A menudo, el padre o la madre aprende inicialmente a tocar antes que el niño, con objeto de que él o ella entienda lo que se espera que el niño haga. El padre o la madre asiste a las lecciones del niño y ambos practican diariamente en casa.
Los primeros años son cruciales en el desarrollo de los procesos mentales y de coordinación muscular en el niño pequeño. Las capacidades auditivas de los niños están también en su apogeo durante los años de adquisición del lenguaje, por lo cual es el momento ideal para desarrollar la sensibilidad musical. El escuchar música debe comenzar en el nacimiento y el entrenamiento formal puede comenzar a la edad de tres o cuatro años, si bien nunca es demasiado tarde para comenzar.
Los niños aprenden a hablar en un ambiente lleno de estímulos de lenguaje. Los padres pueden también hacer que la música forme parte del ambiente del niño, asistiendo a conciertos y poniendo las grabaciones del repertorio de Suzuki y otra música. Esto permite a los niños absorber el lenguaje de la música al mismo tiempo que absorben los sonidos de su lengua materna. Al escuchar repetidamente las piezas que van a aprender, los niños se familiarizan con ellas y las aprenden fácilmente.
Cuando los niños han aprendido una palabra no la olvidan, sino que continúan utilizándola a la vez que agregan nuevas palabras a su vocabulario. De igual modo, los estudiantes Suzuki repiten las piezas que aprenden, aplicando gradualmente las habilidades que han ganado de nuevas y más sofisticadas maneras conforme aumentan su repertorio. La introducción de nuevas habilidades técnicas y de conceptos musicales en el contexto de piezas conocidas hace su adquisición mucho más fácil. Aunque debido a esto puede dificultarse el aprendizaje de piezas más complejas debido a que se está aprendiendo primariamente a imitar en vez de interpretar.
Al igual que con el lenguaje, los esfuerzos del niño para aprender a tocar un instrumento se han de elogiar con palabras sinceras. Cada niño aprende a su propio paso, avanzando a pequeños pasos para poder dominar cada uno de ellos. Esto crea un ambiente placentero para el niño, el padre y el profesor. Se establece también una atmósfera general de generosidad y cooperación al animar a los niños a apoyar los esfuerzos de otros estudiantes.
La música promueve interacciones sociales sanas, y la participación en lecciones de grupos y pequeños conciertos, además de sus propias lecciones individuales, motiva a los niños en gran medida. Disfrutan al observar otros niños en diversos niveles, aspirando llegar al nivel de los estudiantes más avanzados, compartiendo sus desafíos con sus compañeros, y apreciando los esfuerzos de los estudiantes menos avanzados que siguen sus pasos.
Los niños no practican ejercicios para aprender a hablar, sino que aprenden usando el lenguaje para comunicarse y expresarse. Con el método Suzuki, los estudiantes aprenden conceptos y habilidades musicales en el contexto de la música, en vez de practicar ejercicios técnicos. El repertorio Suzuki está formada por una secuencia cuidadosamente ordenada, los componentes necesarios para el desarrollo técnico y musical. Este repertorio estándar proporciona una fuerte motivación, ya que los estudiantes más jóvenes desean tocar la música que oyen tocar a los estudiantes más avanzados.
A los niños no se les enseña a leer sino hasta que su capacidad para hablar ha quedado bien consolidada. De la misma manera, los estudiantes Suzuki han de alcanzar un nivel de destreza básico tocando su instrumento antes de que se les enseñe a leer música. Esta secuencia de instrucción permite al profesor y al estudiante centrarse en desarrollar una buena postura, un sonido hermoso, una correcta afinación y fraseo musical
Fuente: